Hay un gran número de chicas que luchan contra el acné. Los granos, las espinillas, los puntos negros, los comedones y otros defectos son realmente difíciles de eliminar. Incluso si finalmente logramos eliminarlos, nos quedamos con manchas de pigmentación y cicatrices antiestéticas. La radiación UV tiene un impacto aún peor en la piel. Echa un vistazo a cómo cuidar la piel del acné en verano, qué productos utilizar y cómo proteger la piel de la luz solar.
¿Cómo cuidar la piel propensa al acné?
Para el cuidado eficaz de la piel con acné, debes identificar lo grave que era tu acné antes del tratamiento y lo grave que es ahora, así como comprobar la intensidad de la secreción sebácea, la inflamación, la sensibilidad, la vascularización y la tendencia a las manchas de pigmentación. Al elegir los productos, debes tener en cuenta todos estos factores. Durante la terapia antiacné, la piel se vuelve muy sensible; después de algún tiempo, la sensibilidad se convierte en una afección permanente. Por eso es necesario pensar en hidratar, calmar y proteger la piel desde el principio del tratamiento. En verano se debe aplicar una rutina especial de cuidado de la piel.
Limpieza de la piel propensa al acné
La eliminación de impurezas, exceso de sebo y acumulación de maquillaje debe de hacerse de forma razonable. No se pueden utilizar sustancias fuertemente limpiadoras y deshidratantes que perturben la barrera protectora natural de la piel. No puedes usar productos diseñados para pieles propensas al acné, mixtas o grasas porque funcionan con demasiada fuerza. Tampoco se recomiendan los cepillos y las esponjas que irritan la piel y acumulan bacterias. Los aceites limpiadores más los emulsionantes pueden ir bien para la piel con acné. Los aceites se combinan con el sebo; el emulsionante retira esta mezcla de la cara, sin causar sensación de tirantez. Este tipo de cosméticos eliminan fácilmente las siliconas y los filtros UV.
Protección contra la radiación UV
(No solo) la piel propensa al acné necesita protección solar. Los humectantes con filtro UV protegen la piel del acné de la deshidratación, la irritación y el fotoenvejecimiento. Y lo que es más importante, protegen la piel de las manchas de pigmentación que pueden ser difíciles de eliminar en el futuro. Si realmente deseas evitar estas imperfecciones, utiliza productos con un factor de protección solar lo suficientemente alto todos los días (SPF 50). Elige los que sean ligeros, que contengan filtros orgánicos y no obstruyan los poros de la piel.
Exfoliación de la piel
La exfoliación de las capas más externas de la piel también es muy importante en el cuidado de la piel propensa al acné. Utiliza ácidos, productos microexfoliantes y cáscaras de frutas. Los ácidos mandélicos, salicílicos, lácticos, azelaicos y muchos otros se encuentran entre los ácidos que puedes elegir. Durante la terapia antiacné, las cremas hidratantes ricas en rayos UV y las preparaciones hidratantes son imprescindibles. Los productos microexfoliantes evitan que el sebo se acumule cerca de las salidas de los folículos pilosos, y tienen propiedades antiinflamatorias y antibacterianas. Los tratamientos exfoliantes con ácido deben ser realizados por profesionales experimentados. Los preparados con altas concentraciones de ácidos son los más comunes, alcanzando las capas más profundas de la epidermis. Los ácidos mandélicos, glicólicos, azelaicos y lácticos son las mejores opciones.
Retinoides
Los derivados de la vitamina A que previenen la cornificación de la epidermis, tienen propiedades antiacné y antiseborreicas, regeneran las células de la piel y desencadenan la exfoliación de la epidermis. Si te decides por el tratamiento con retinoides en verano, los bloqueadores solares son inseparables. Un hecho curioso es que los retinoides se utilizan en el tratamiento de quemaduras, quemaduras solares, congelación, varias formas de acné y psoriasis, liquen plano, ictiosis, xeroderma pigmentoso, lupus eritematoso.
Antioxidantes
Su objetivo es combatir los radicales libres, reducir el estrés oxidativo, proteger de las arrugas y el envejecimiento prematuro de la piel. Las vitaminas A, C, D, E, extracto de té verde, coenzima Q10, betacaroteno y flavonoides son ejemplos de los antioxidantes. Puedes encontrarlos tanto en los alimentos como en los productos de belleza.
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